Chema Madoz (Madrid,1958) se encarga de poner los objetos en evidencia. Ocultos entre la cotidianeidad surgen nuevos mundos. Nuevas dimensiones que de la mano de la metáfora alteran la percepción de la realidad más inmediata. El absurdo, la paradoja, el humor -por qué no la gregería- se dan cita en el estudio del fotógrafo. La idea inicia su proceso de superación del objeto y establece una descontextualización Dadá. La ironía con la que Madoz asalta modelos reconocibles establece una relación con el espectador que le conduce por los caminos de un universo paralelo.
... las fotografías no son solo el reflejo de lo que estaba ahí (una suerte de memoria portátil), -nos comenta Fernando Castro- también tienen que ver con la conciencia de la desaparición...
... en sus metaforizaciones fotográficas enmarca cosas de una singular simetría o hace que nos fijemos en sencillos desplazamientos, en puntos de vista que modifican lo real...
Cristian Caujolle subraya que en la obra de Madoz está articulada por unos objetos engañosos que detrás de su apariencia habitual, la que reconocemos (un sobre, un guante, una cerilla, un bastón, una balanza, un lapiz, etc.), porque nos es familiar, ocultan una extrañeza que produce una sensación nueva que impide considerar las fotografías como naturalezas muertas.
Fotopoemario editado por La Fabrica es un libro delicioso con poemas inéditos de Joan Brossa a partir de fotografías de Chema Madoz:
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